La obra de Carolina Sartori continúa con los problemas planteados en obras anteriores. Hay una obsesión que atraviesa parte importante de su última búsqueda y ésta es con todas sus dificultades-bloquear el espacio tridimensional que arma la ficción de la pintura. Multiples sistemas de producción se ordenan y se potencian al interior de sus obras: acrílicos, óleos, papeles pegados, impresión serigráfica, a través de las cuales Ia artista pretende hacerse cargo de la planitud del soporte. Parece no aceptar Ia tradición al interior de la estética del cuadro, cual es la recurrencia, hasta hoy día, de la "perforación” del plano de la tela mediante las argucias de la pintura que arman su campo de ficción para abordar y sostener la ilusión visual de Io tridimensional.

 El mundo gráfico, Io impreso, propone reminiscencias del mundo que se insertan en la pintura autónoma, distante y displicente, frente a la representación, porque la artista no emplea con la pintura ninguna estrategia representacional, no va al icono, más bien explora profundamente Io no denotativo para que los planos de colores : rojos, azules, ocres o blancos de zinc, adquieran una independencia y una autorreferencia que exploren las múltiples posibilidades de la "superficie"del soporte.