Las obras de Francisco Corcuera tienen la gracia de captar la atención en formato tanto visual como mental. Grises, negros, blancos, cremas y ocres son los colores que predominan en sus pinturas; sin embargo, esos colores se manejan con tal sutileza que son capaces de producir una increíble riqueza de superficie.

Quienes han escrito sobre Corcuera se refieren a una dimensión cósmica de su obra, o que apunta al sentido del misterio que existe en estas telas a menudo oscuras.

El pintor parece esquematizar el mundo como los dibujos de un arquitecto, idea que ha reaparecido ahora último en el centro de varias de sus pinturas. Sus telas están cargadas de formas, líneas, colores, símbolos, signos y escrituras. Éste artista aborda directamente la tela permitiendo que su trabajo evolucione mediante una corriente subconsciente espontánea.

Las pinturas del artista pueden funcionar para nosotros como vehículos de introspección. También pueden ofrecernos la posibilidad de salir de nosotros mismos mediante la contemplación de las imágenes y del oficio de un artista talentoso.

La muestra consta de 19 obras (acrílicos sobre tela) de distintos formatos.